
La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de EE.UU. (DARPA) ha logrado un avance que podría redefinir el futuro de la energía: la transmisión inalámbrica de electricidad mediante láser. A través del Proyecto POWER, los científicos alcanzaron un récord en la entrega de energía óptica a larga distancia, sentando las bases para una distribución eléctrica sin cables ni combustibles.
¿Qué es el Proyecto POWER?
El Proyecto POWER (Persistent Optical Wireless Energy Relay) busca transformar la manera en que se transmite energía, eliminando la dependencia de cables, redes fijas y combustibles fósiles. Este avance representa un paso hacia una infraestructura energética más flexible, sostenible y aplicable en contextos donde el acceso a energía convencional es limitado o riesgoso.
Cómo funciona la transmisión óptica de energía
La tecnología se basa en convertir electricidad en un rayo láser, que luego es dirigido a través de la atmósfera hasta llegar a un receptor equipado con células fotovoltaicas. Estas células transforman nuevamente la luz láser en electricidad utilizable.
Durante las pruebas, el sistema PRAD (Power Receiver Array Demo) logró transmitir más de 800 vatios de potencia a una distancia de 8,6 kilómetros, todo en apenas 30 segundos. El rayo viaja por una capa baja de la atmósfera cargada de partículas, lo que supone un desafío adicional superado con éxito gracias a un espejo parabólico que concentra la luz hacia los receptores.
¿Qué impacto tendrá esta tecnología?
Aunque actualmente está destinada a aplicaciones militares, los beneficios a largo plazo podrían extenderse a sectores civiles. Por ejemplo:
- Suministro energético en zonas remotas o afectadas por desastres.
- Alimentación de drones o vehículos sin necesidad de recarga física.
- Reducción de infraestructuras costosas y vulnerables (como cables o torres de transmisión).
Para fines militares, el uso de esta tecnología promete revolucionar las operaciones logísticas: drones y equipos en campo podrían recibir energía desde satélites o repetidores aéreos, evitando el transporte de combustible y reduciendo riesgos.
¿Cuándo llegará al uso civil?
Por ahora, la tecnología se encuentra en fase experimental avanzada y su aplicación está restringida a fines estratégicos. Sin embargo, el potencial para uso civil es evidente, especialmente en un mundo que busca fuentes de energía más limpias, autónomas y sostenibles.
Con los avances del Proyecto POWER, la visión de un mundo sin cables parece cada vez más cercana